¿Cuál es el rol que tenemos en el contexto actual de pandemia y crisis sanitaria?
A casi un año de la existencia del COVID19, hemos orientado la gran mayoría de nuestras herramientas de formación y fortalecimiento de la organización popular hacia los cuidados sanitarios y comunitarios para, principalmente, evitar mayores contagios en nuestros barrios y la reproducción de las desigualdades.
Hablamos de trabajos de cuidados comunitarios que principalmente asumen las mujeres en los barrios populares de todo el país, esta tarea la llevan adelante las promotoras de salud, educación o género.
Por eso durante el verano decidimos lanzar la campaña de «Organización Comunitaria para la Reconstrucción Argentina” que pone la solidaridad en acción en pos del cuidado de la salud y la vida. Al día de hoy son miles y miles de promotoras comunitarias que en sus barrios trabajan para prevenir los contagios, asistir a vecinxs con covid, acompañar situaciones de violencia de género o acompañar a niñes para que puedan continuar con sus estudios, las promotoras son cuidadoras comunitarias y son un puente entre el barrio y el Estado.
Desde el territorio y con las herramientas que nos da la diplomatura de cuidados integrales que lanzamos con la Universidad Popular Barrios de pie, pretendemos generar espacios de construcción colectiva de conocimientos que apunten a fortalecer las estrategias comunitarias para cuidarnos entre todes.
Entendemos los cuidados en un sentido amplio, ya que no solamente nos “protegen” de amenazas como el virus de COVID-19, sino que además mejoran considerablemente nuestras condiciones de vida y, sobre todo, la de los sectores populares que producto de la crisis sanitaria y económica son quienes peor lo estan viviendo.
Decidimos ampliar el concepto de “cuidados” no es solo en nuestras casas, no es solo doméstico, cuidamos nuestros barrios, es una responsabilidad colectiva y profundamente política, el cuidado es una tarea de reproducción de la vida y así lo entendemos desde la Economía Popular.
Pero este trabajo no tiene un valor en la sociedad, no se intercambia en el mercado, queda mucho camino por recorrer desde el Estado y las políticas públicas en materia de ampliar el reconocimiento social de las cuidadoras comunitarias, es fundamental y urgente resignificar y reconocer su trabajo.
Las cuidadoras comunitarias necesitan de una sociedad que valorice el aporte de su trabajo. Por eso nos organizamos en un sindicato y generamos espacios de negociación colectiva, que son vias necesarias para que se nos reconozca como trabajadoras.
La Economía popular y feminista, aporta una visión alternativa al capitalismo individualista y meritocrático que persigue sólo la rentabilidad económica, nosotras ponemos los cuidados en agenda y en el centro del debate la reproducción de la vida.