Susana Reyes se define como maestra y militante de la educación. En este momento está jubilada, pero sigue trabajando y forjando proyectos como hace 25 años.
Comenzó su militancia como alfabetizadora en los años 70 siendo aún una estudiante secundaria, fue desaparecida en los años de la dictadura militar junto a su compañero quien fue asesinado. En el 78 luego de ser liberada retoma el profesorado de educación primaria y se especializa en jóvenes, adultos y en educación popular.
En el año 1998 inicia el centro educativo Isauro Arancibia.
Susana fue declarada recientemente personalidad destacada por su lucha por los derechos humanos en la Legislatura Porteña. En su discurso de agradecimiento, con una sala repleta de pibes y pibas expresó que para ella el héroe es colectivo, no existe solo.

- ¿Qué significa para vos esa frase en relación con el proyecto de Isauro Arancibia?
– Una persona sola no puede hacer nada individualmente, no tiene alcance, yo lo aprendí en los años 70 cuando empecé a militar, compartir esa militancia, ese tejido, es algo que quedó impreso en mi alma, éramos muchos y muchas que pensábamos en construir un país distinto, nunca jamás nos imaginamos solos, ni en el barrio, ni en el sindicato ni en ningún lado.
Cuando empecé el Isauro en el año 98 y empezaron a venir chicos y chicas en situación de calle, lo primero que me remite es a esos sueños de los años 70.
Porque teníamos un compañero en aquella época que era un pibe en situación de calle, es más le hicieron un tango a un pibe que vendía rosas, ahora vos vas por la calle y es terrible no solamente ver tanta gente durmiendo en la calle sino ver la indiferencia social.
Entonces cuando empezamos a buscar a los pibes con las chicas de AMMAR (La Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina) que eran las primeras alumnas de la escuela y me decían hay un montón de pibes en constitución, lo primero a lo que me remitió es a mis compañeros y mis compañeras de esos años que hoy no están, y a ese proyecto que teníamos, cada pibe que llegaba a la escuela era para mí, como un compañero que volvía.
- ¿Cómo se desarrolló el centro?
– El Isauro empezó a crecer y empezamos a armar equipo, lo que se hace en los centros educativos cuando crecen es abrir otro centro, se desdobla, nosotros lo que hicimos fue juntar a los chicos a los maestros y a las maestras que iban llegando, armamos todo un equipo, para pensar en ese sujeto que venía a la escuela, que nunca había ido a la escuela, y que vivía en la calle.
Los centros educativos que dependen del gobierno de la ciudad, de educación se llevan adelante en entidades alojantes para que la gente vaya a terminar la escuela (en parroquias, en comedores en sindicatos), en este caso fue en la CTA Nacional que pidió a educación un maestrx para abrir un centro para AMMAR entonces ahí fui y ahí empezó a crecer, eran más de 100 pibes, 5 o 6 trabajadores, que nos quedábamos pensando después que se iban los pibes como hacer que vuelvan. Nos dimos cuenta que era necesario que estén en la escuela porque eso les transformaba su realidad y que la escuela tenía que ser flexible para esta población que nunca había podido asistir, la deuda era del estado y no de ellxs que no fueron a la escuela, son sujetos de derechos.
El centro creció tanto que hicimos 3 turnos. Fuimos pidiéndole al estado todo lo que necesitábamos para que esta escuela funcione y así armamos el jardín maternal.
Después el MOI nos ofreció construir aulas en su lugar, estuvimos ahí un año y a partir de ahí armamos un proyecto de escuela con jornada extendida, con educación física plástica, que era un reclamo de los mismos pibes que querían pasar más tiempo ahí.
Nos aprobaron el proyecto, en ese momento Alberto Sileoni era el Ministro de Educación y nos mandaron a la Uocra que nos prestó el espacio en Humberto Primo y Pichincha, ahí tuvimos comedor que para nosotros fue un eje pedagógico.
Y empezaron las luchas del Isauro por conseguir un edificio que finalmente se consiguió en el 2010, y que pasó a ser nuestro.
Después empezó el tema del Metrobús nos querían tirar la escuela abajo, fue una lucha muy importante porque nosotres tomamos esa lucha para construir ciudadanía, entonces llevamos a los pibes a la legislatura, también pasamos por el deshuase que quiso hacer la gestión de Macri corriéndome a mí, pero pudimos seguir adelante, y la lucha para que no tiren abajo la escuela la judicializamos. El Juez Gallardo falló a favor nuestro y nos tuvieron que agregar el patio y arreglar la escuela.
¿Qué actividades se desarrollan hoy y cómo se vincula con la comunidad?
En el edificio tenemos jardín maternal, la primaria, escuela de artes y oficios, escuela de adultos, grado de nivelación para los más chiquitos. Además, tenemos secundario que depende de la UNDAV, tenemos pibes y pibas que ya están en la universidad, estudian enfermería en Avellaneda, educación física e Ingeniería en la UMET.
Nosotros además somos parte de un comité del barrio, del comité solidario de San Telmo, formamos parte de una red, el hospital Argerich viene con un equipo una vez por semana, articulamos con el cesac, tenemos un caj ( centro de acceso a la justicia) que funciona 3 veces por semana en el centro, si no es con redes, es imposible.
Todos los años nos vamos de viaje con los chicxs porque en este proyecto integral nos parece importante el esparcimiento, el disfrute, reírse y hacer cosas lindas.
- ¿Cuál es la lucha del Isauro hoy?
– Nosotros peleamos para que sea considerado un proyecto integral, y queremos que se reconozca para que se pueda replicar. Porque todo está ligado, el primario y el secundario con el jardín, el joven o la joven que aprende a leer y escribir después va al jardín a leerle a sus hijos e hijas, el secundario que a su vez tiene asamblea junto a la primaria. La escuela de adultos, los talleres de oficios y la formación en el trabajo, el aprendizaje sobre la historia de las luchas de los y las trabajadoras en nuestro país.
Las personas en situación de calle para poder empoderarse y construir ciudadanía necesitan un proyecto integral, para salir de una situación desgarradora como es la situación de calle, el primer paso es abrirles la puerta con un abrazo y devolverles la mirada amorosa para desplegar su potencial.