La XXXII Marcha del Orgullo LGBTIQA+ en Argentina

¡Compartir!

Share on facebook
Share on twitter
Share on email
Share on whatsapp

La XXXII Marcha del Orgullo LGBTIQA+ en Argentina:
Un territorio por explorar, geografía de las sexualidades

La reciente XXXII Marcha del Orgullo LGBTIQA+ en Argentina ha marcado un hito histórico y significativo, reuniendo a más de un millón quinientas mil personas en un evento que crece sin escala y sin precedentes año a año. Bajo el lente de la geografía que incorpora elementos del urbanismo feminista y la teoría queer, esta movilización ha dejado un surco imborrable en lo que respecta a la espacialidad de los cuerpos no heteronormados y los deseos no hegemónicos.
Remontándonos a la primera marcha del orgullo en 1992, un acto inicial de valentía y rebeldía en Plaza de Mayo, donde 250 personas sentaron las bases para generaciones futuras, se hace evidente el legado de la resistencia persistente y perturbadora que caracteriza a este movimiento, a 40 años de la recuperación de la democracia, como militantes en defensa de la justicia y la igualdad comprendemos la importancia de la ocupación de los espacios públicos como una forma de resistencia. Nos identificamos con la subversión y la incomodidad inherentes a aquel momento pionero, tal como nos enseñaron las investigaciones de Browne, Lim y Brown (2007).
En un contexto social marcado por discursos de odio y supuestas nociones de «libertad», la marcha adquirió un matiz político esclarecedor, reflejando la lucha compartida contra las normas restrictivas que nos oprimen y discriminan. Las consignas colectivas y la euforia de colores se entremezclan con la profunda comprensión que enunciaba una pancarta: «las libertades son nuestras», y desde el revanchismo más precario pero no menos noble podemos sostener que nos la estamos ganando cada vez que nos hacemos visibles en cualquier terreno.
El género, la procedencia, la etnia y la edad, junto con la preferencia sexual/afectiva/romántica, demuestran que el espacio puede formar parte de las inmensidades de la intimidad, donde lo privado desafía sus propias fronteras y se convierte en lo público, y no se restringe a las indicaciones del googlemaps.
En un momento decisivo, a dos semanas de los comicios, la manifestación ha adquirido una relevancia política específica, con referencias directas al candidato ultraliberal Javier Milei y su grupo, La Libertad Avanza, quienes exponen sus posturas políticas sin vacilar, rechazando los derechos de la comunidad LGBTIQA+ y de las mujeres. Frente a estas posturas regresivas y obsoletas, hemos proclamado consignas que resaltan la importancia de preservar nuestros derechos fundamentales.
Al recordar lo que nos han arrebatado y reafirmar nuestras aspiraciones por un futuro mejor, reconocemos que el camino hacia la justicia y la igualdad solo puede ser transfeminista. En palabras de Judith Butler, a veces la revolución se despliega cuando nos aferramos a los espacios que habitamos, convirtiéndolos en lugares de coexistencia y acción conjunta.
La XXXII Marcha del Orgullo LGBTIQA+ no solo ha sido un evento de celebración y visibilidad, sino también una manifestación potente de resistencia y creatividad en la lucha por la justicia y la igualdad en la Argentina.

Bibliografía:

Monica Cordoba

¡MÁS PARA LEER!